Tema 05: Seguridad y Defensa. Experiencias para Venezuela.

Tema 05: Seguridad y Defensa en La Gran Guerra Patria. Experiencias para Venezuela.

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Durante la 2da Guerra Mundial los actores en conflicto sostuvieron numerosos combates. Las fuerzas invasoras del ejército hitleriano amenazaron la seguridad de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS y en algunos territorios cercanos a las fronteras los niveles de seguridad de esas poblaciones soviéticas se redujeron a cero, la defensa fue neutralizada por los agresores con la ocupación nazista y sus políticas de exterminio en masa. El resto de la Nación tuvo que movilizarse en defensa de sus espacios y del rescate de los territorios ocupados por el enemigo. Al concluir la guerra las negociaciones entre los aliados URSS, EEUU y los gobiernos nacionalistas de Inglaterra y Francia desembocaran en el nacimiento de la ONU y su sistema de organizaciones a partir de 1945. ¿Qué elementos de la seguridad de la Nación y la defensa integral pueden destacarse de estos textos elaborados por la prensa rusa de hoy que pudieran servir de experiencias para la Venezuela del siglo XXI con su proceso revolucionario en marcha?.

La batalla de Moscú: el fracaso de la guerra relámpago nazi en la URSS

© Sputnik / Minkevitsh 23:05 GMT 08.05.2015(actualizada a las 18:34 GMT 12.04.2017) URL corto

La batalla de Moscú (1941-1942) fue el conjunto de operaciones de defensa y ataque durante la Gran Guerra Patria realizado entre el 30 de septiembre de 1941 y el 20 de abril de 1942 en el frente occidental, con el objetivo de defender la capital y la región industrial central y derrotar así las fuerzas del ataque del Ejército Alemán.

Tras el inicio de la operación Barbarroja, emprendida por el Ejército nazi el 22 de junio de 1941, consistente en la invasión de la Unión Soviética, las desprevenidas fuerzas soviéticas sufrieron fuertes bajas y perdieron grandes extensiones de territorio en pocos meses.

La batalla por Moscú y la primera derrota de las tropas nazis

Sin embargo, la llegada del invierno, la reagrupación de las fuerzas rusas, y la victoria en la batalla de Moscú anularon las esperanzas alemanas de llevar a cabo una guerra relámpago.

Esta contienda comprendió la Operación Estratégica de Defensa de Moscú (30 de septiembre – 5 de diciembre de 1941), la Operación de Ataque de Moscú (5 de diciembre de 1941 – 7 de enero de 1942), la Operación de Rzhev-Viazma (8 de enero – 20 de abril de 1942) y la Operación de Toropetsk-Jolmsk (9 de enero – 6 de febrero de 1942).

En esta batalla participaron los Ejércitos de los frentes de Kalinin, Occidental, Reserva, Briansk, el ala derecha del frente Noroeste y el ala derecha del frente Sudeste, las tropas de Defensa Antiaérea, la Fuerza Aérea, a las que se enfrentó el grupo armado alemán Centro.

Para el principio de la batalla la situación de las tropas soviéticas era extremadamente compleja.

El enemigo avanzó al interior del país, tomando las repúblicas del Báltico, Bielorrusia, Moldavia, gran parte de Ucrania, bloqueando Leningrado y acercándose a Moscú.

Tras fracasar en su empeño de tomar Moscú en las primeras semanas de la guerra, la comandancia alemana preparó una gran operación de ataque nombrada Tifón.

Este plan preveía desmembrar la defensa del Ejército soviético por medio de tres potentes ataques de sus grupos de tanque en las regiones de Dujóvschina, Rostavl, y Shostki, en las direcciones este y nordeste, rodear y destruir las tropas soviéticas al oeste de Viazma y al este de Briansk.

Luego tenían previsto apoderarse de Moscú mediante ataques por el norte y el sur.

El grupo alemán Centro contaba con 1,8 millones de soldados, más de 14.000 cañones y obuses, 1.700 tanques y

El Ejército soviético contaba con 1,25 millones de personas, 7.600 cañones y obuses, 990 tanques y 677 aviones (incluyendo las reservas).

Tras una serie de intensos ataques las fuerzas nazis se acercaron a la ciudad, llegando en noviembre al canal Moscú-Volga, a Tula por el oeste, a Kashira por el sur, pero de ahí no pasaron. El 27 y 29 de noviembre, el Ejército Rojo realizó una serie de contraataques por el norte y el sur de la capital, y entre el 3 y el 5 de diciembre, en las regiones de Yajromá, Krásnaya Poliana y Kriúkov.

Con su defensa el Ejército Rojo obligó a las fuerzas de ataque alemanas a dispersarse en un largo frente, afectando sus posibilidades de avance y maniobrabilidad y permitiendo a las tropas soviéticas organizar la contraofensiva.

Esta se inició el 5 de diciembre con un ataque del ala izquierda del frente de Kalinin. Tras intensos combates, las tropas soviéticas salieron el 7 de noviembre al río Volga, avanzando entre 60 y 120 kilómetros en dirección sur y sudoeste.

Las tropas alemanas, temiendo que sus tropas fuesen rodeadas al este de Tula, comenzaron la retirada al oeste. Para el 16 de diciembre ya no existía una amenaza directa para Moscú desde el sur.

Sosteniendo la avanzada, para principios de enero de 1942 el Ejército Rojo expulsó al enemigo a una distancia entre 100 y 250 kilómetros, causando graves pérdidas a sus 38 divisiones y liberando más de 11.000 poblados.

Como resultado de la avanzada general, las tropas soviéticas se adentraron profundamente en la defensa alemana en donde se unían los Ejércitos Centro y Norte, interrumpiendo la interacción entre ellos, sin embargo, no lograron rodear y destruir las principales fuerzas del grupo Centro.

A pesar de no tener una victoria total, ésta avanzada alcanzó logros considerables.

El enemigo fue replegado a una distancia de 400 kilómetros, liberándose las regiones de Moscú y Tula, y gran parte de las regiones de Kalinin y Smolensk.

El enemigo perdió entre muertos, heridos y desaparecidos más de medio millón de personas, 1.300 tanques, 2.500 cañones y otros tipos de armas pesadas. Se trató de la primera gran derrota alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta batalla significó un cambio psicológico entre los soldados soviéticos y la ciudadanía, al caer el mito de la invencibilidad del Ejército alemán.

https://mundo.sputniknews.com/europa/201505081037196828/

Leningrado, el heroísmo de un pueblo asediado

© Sputnik / Shimansky 01:07 GMT 09.05.2015  actualizada 12.04.2017

Una de las páginas más trágicas de la Gran Guerra Patria fue el bloqueo de Leningrado, que mantuvo cercada la ciudad durante más de dos años, sometiendo a su población y defensores al hambre, el sufrimiento y la muerte.

La heroica defensa de Leningrado se convirtió en símbolo del valor del pueblo soviético.

Pagando un alto precio, los heroicos defensores y habitantes de Leningrado lograron salvar su ciudad.

El bloqueo de la ciudad de Leningrado (actualmente San Petersburgo) durante la Gran Guerra Patria, fue impuesto por las tropas alemanas desde el 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944, con el objetivo de doblegar a los defensores de la ciudad y tomarla.

La comandancia alemana otorgaba gran importancia estratégica y política a la toma de Leningrado.

Durante casi 900 días las comunicaciones con Leningrado solo eran posibles a través del lago de Ládoga o por aire, ya que el enemigo bombardeaba constantemente la ciudad y realizó innumerables intentos de tomarla.

Al cabo de ese tiempo en Leningrado murieron de hambre o a consecuencia de los bombardeos más de 641.000 civiles, según algunos datos, no menos de un millón.

Los habitantes de la ciudad trabajaban en empresas de la Defensa, combatían en las milicias populares.

El Ejército soviético trató en varias ocasiones de romper el cerco, pero solo lo logró en enero de 1943.

Para lograrlo la comandancia soviética creó dos potentes grupos de ataque que mediante el fuego cruzado destruyeron la defensa del enemigo y crearon un pasillo junto al lago Ládoga de un ancho entre los 8 y los 11 kilómetros, restaurando las comunicaciones terrestres de la ciudad con el país.

La derrota final de las fuerzas nazis y el fin total del bloqueo se logró durante la Operación de Leningrado-Nóvgorod, realizada entre el 14 de enero y el 1 de marzo de 1944.

El 27 de enero de 1944 el bloqueo de Leningrado fue completamente levantado.

Ese día se dispararon fuegos artificiales y salvas para celebrarlo, además decenas de miles de habitantes de la ciudad salieron a las calles para festejarlo.

 

https://mundo.sputniknews.com/europa/201505091037202493/

Stalingrado, la contienda que selló el destino del nazismo en Europa

© Sputnik / Georgiy Zelma  00:01 GMT 09.05.2015

La Batalla de Stalingrado fue uno de los grandes hitos de la Gran Guerra Patria, al sellar definitivamente el cambio de rumbo de la contienda a favor del Ejército Soviético.

Esta batalla se constituyó en una derrota contundente del Ejército nazi; durante la operación de Stalingrado, las pérdidas totales del enemigo alcanzaron el millón y medio de soldados.

Por primera vez en Alemania fue declarado luto nacional.

El desastroso resultado de esta batalla para las tropas alemanas desmoralizaron a sus fuerzas armadas, y por el contrario, elevaron los ánimos del Ejército Rojo.

Comenzó el 17 de julio de 1942 y concluyó el 2 de febrero de 1943.

Por el carácter de las acciones combativas, esta contienda se dividió en dos etapas, la defensiva, comprendida entre el 17 de julio hasta el 18 de noviembre de 1942, y la ofensiva, que comenzó el 19 de noviembre de 1942 y concluyó el 2 de febrero de 1943 con la derrota de las fuerzas alemanas que operaban en esa dirección.

La comandancia alemana planificaba derrotar las fuerzas soviéticas en el sur del país durante el verano de 1942, conquistando las regiones del Cáucaso ricas en petróleo, las regiones agrícolas del Don y la cuenca del Kubán, destruir las líneas de comunicación del centro del país con el Cáucaso y crear las condiciones para un final de la guerra favorable a sus intereses.

Para la ofensiva en dirección de Stalingrado fue destinado el 6º Ejército, con cerca de 270.000 soldados, 3.000 piezas de artillería, cerca de 500 tanques, con el apoyo de la 4ª Flota Aérea, con 1.200 aviones de combate.

Se le enfrentó el Frente de Stalingrado, con 160.000 soldados, 2.200 cañones y obuses, cerca de 400 tanques de guerra, con el apoyo de 454 aviones del 8º Ejército Aéreo, 150-200 bombarderos de la aviación de largo alcance.

Las fuerzas de defensa se concentraron en el paso del Don, con el objetivo de evitar que el enemigo avanzase a Stalingrado.

Pese a los esfuerzos del Ejército Rojo, las tropas alemanas, reforzadas con el 8º Ejército Italiano y el 3er Ejército Rumano lograron cruzar el Volga al norte de Stalingrado, acercándose de lleno a la ciudad, donde se entablaron combates urbanos.

Por medio de constantes contra ataques del Ejército 62, se redujo al mínimo el avance de las tropas nazis y para el 18 de noviembre los atacantes se vieron obligados a pasar a la defensiva, frustrándose de este modo la toma de Stalingrado.

Para el inicio de la avanzada soviética, el Ejército Rojo involucró a 1,11 millones de soldados, 15.000 piezas de artillería, cerca de 1.500 tanques y más de 1.300 aviones de combate, como resultado del incremento de las fuerzas se logró una superioridad considerable frente al enemigo.

La ofensiva comenzó el 19 de noviembre tras una preparación artillera de 80 minutos.

La consecuencia del ataque dirigido a los flancos del enemigo fue que las tropas de los frentes Suroeste y de Stalingrado cerraron el cerco el 23 de noviembre de 1942, rodeando a 22 divisiones y más de 160 unidades del 6º Ejército de infantería y parte del 4º Ejército blindado.

Los intentos de romper el cerco fueron infructuosos y, tras la operación llamada Anillo, las fuerzas del Ejército Rojo destruyeron por completo las cercadas fuerzas nazis.

La batalla de Konigsberg: cómo la mejor fortaleza del Reich cayó ante el Ejército Rojo

17:42 GMT 08.04.2020(actualizada a las 09:29 GMT 09.04.2020) URL corto

Por Denis Lukyanov

El 9 de abril de 1945 terminó la batalla de Konigsberg. La ciudad fue el corazón de Prusia Oriental, uno de los núcleos históricos del Tercer Reich. Después de cuatro días de combates esta fortaleza impenetrable sucumbió ante los golpes del Ejército Rojo. Sputnik recuerda la proeza de los soldados soviéticos.

La ciudad de Konigsberg tenía una importancia enorme para la maquinaria bélica de la Alemania nazi. Antes de 1945 esta urbe fue la capital de Prusia Oriental. La región había sido el origen de ordenes de caballería que acabaron siendo el orgullo de los alemanes. De allí también surgió el espíritu militarista de los nazis. Precisamente estos dos factores explican por qué la ciudad no solo tuvo una importancia estratégica, sino también simbólica.

La caída de Konigsberg significó la caída del centro espiritual del Reich. Adolf Hitler era una persona que creía en el misticismo. Por lo tanto, la noticia de la pérdida de la ciudad fortaleza la percibió como un golpe muy fuerte. Si los soldados del Ejército Rojo no hubieran podido tomar el control sobre Konigsberg, probablemente habría sido imposible seguir con la ofensiva contra la Alemania nazi, porque la ciudad fue un elemento clave en la defensa del territorio del Reich.

Los preparativos

Los soldados que participaron en la toma de Konigsberg fueron condecorados con una medalla especial. Fue una excepción, porque normalmente los soldados recibían medallas solo por la participación en la toma de una ciudad que fuese capital de un país extranjero —las ciudades rusas no se toman en cuenta en este caso—. Los soviéticos hicieron una excepción por una sólida razón: la ofensiva en Prusia Oriental fue una hazaña para los soldados del Ejército Rojo.

Los soldados soviéticos cruzaron la frontera de Prusia Oriental a finales del verano de 1944, pero su avance fue demasiado lento. Dos cuestiones explican esa lentitud. Primero, las unidades militares soviéticas sufrían numerosas bajas en batallas sangrientas. Segundo, los nazis se habían preparado muy bien para la futura batalla e impidieron el avance de la ofensiva. Para principios de 1945 la profundidad de la defensa nazi era de 200 kilómetros y constaba de siete líneas de defensa.

La propia Konigsberg contaba con 12 grandes y cinco pequeñas fortalezas a una distancia de 3 o 4 kilómetros entre sí. Cada una de ellas fue defendida por agrupaciones que se cifraban en entre 300 y 500 soldados y oficiales nazis. Se pueden encontrar las ruinas de algunas de esas fortalezas en la actual ciudad rusa de Kaliningrado —que pasó a denominarse así cuando Konigsberg pasó a formar parte de la URSS—.

Sin embargo, para acercarse a la urbe las tropas soviéticas tuvieron que pasar por tres líneas de defensa fortificadas, incluida la llamada línea Deime, localizada a 40 kilómetros de la ciudad y que contaba con equipamiento de última generación. Justo en los límites de la ciudad las unidades soviéticas se tropezaron con otras dos líneas de defensa nazis y dos líneas de defensa intermediarias llenas de minas antitanque y antipersonal.

Las calles de Konigsberg fueron bloqueadas con fosos antitanque, barricadas y trincheras. Ante las fortificaciones de la ciudad se ubicaban fosos de hasta siete metros de profundidad llenos de agua. Los blindajes hechos de hormigón armado fueron capaces de resistir los golpes de la artillería y las bombas pesadas. Las fortificaciones fueron autónomas y disponían de sus propias estaciones eléctricas y grandes reservas de municiones y alimentos.

La guarnición de la ciudad se cifraba en alrededor de 130.000 soldados. La urbe estaba preparada para una resistencia larga. Entretanto, el Ejército Rojo se estaban preparando para el asalto a la ciudad. Durante los preparativos la gestión militar tomó en consideración la experiencia del combate urbano en grandes ciudades, en particular, la de la batalla de Stalingrado. Para entrenarse los comandantes usaron el modelo detallado de Konigsberg basado en fotos aéreas.

Los agentes soviéticos realizaban el reconocimiento dentro de la ciudad y este proveía la gestión militar con la información sobre las ubicaciones de la guarnición alemana. Además, se prestó mucha atención al entrenamiento de las agrupaciones militares que jugarían el papel principal en la toma de Konigsberg, las unidades de asalto. Aprendieron a luchar contra el enemigo cooperando con la artillería, tanques, zapadores y lanzallamas.

La batalla decisiva

Uno de los factores que facilitó la rápida toma de la ciudad tuvo que ver con el uso de la aviación de reconocimiento y los bombarderos. Además, hubo una estrecha cooperación entre la aviación y las tropas terrestres. Cada unidad de asalto contaba con un controlador aéreo avanzado que desde el terreno daba las coordenadas de los blancos a los pilotos. Los representantes de la Fuerza Aérea también estaban presentes en los puntos de observación de los comandantes de divisiones de fusileros.

No obstante, el papel más importante lo jugó la artillería soviética, que realizó golpes fortísimos contra las posiciones alemanas en Konigsberg. Para el inicio de la batalla el Tercer Frente Bielorruso, que fue la principal agrupación militar que se ocupó de la toma de la urbe, tenía a su disposición alrededor de 5.000 piezas de artillería. Cuatro días antes del inicio de los combates por la ciudad la artillería empezó a realizar ataque contra ella.

El día que la batalla comenzó, las unidades de artillería soviética lanzaron contra las posiciones enemigas 1.308 vagones de proyectiles y mina tan solo en una hora. Luego, el Ejército Rojo tomó desprevenidos a los nazis porque empezó a avanzar antes de que terminara la preparación de artillería. Esto ayudó reducir la potencia de fuego del enemigo, pero lamentablemente esa táctica resultó en fuego amigo, lo que provocó víctimas adicionales en las filas del Ejército Rojo.

El avance de las unidades del Ejército Rojo fue incesable. Los soldados avanzaron dejando atrás algunas fortificaciones que no lograban tomar por la fuerza inmediatamente. De ellas se ocupaban los zapadores y lanzallamas. En algunas ocasiones dentro de las fortificaciones los soldados lucharon cuerpo a cuerpo contra el enemigo. Durante el primer día las tropas no contaban con el apoyo aéreo a causa de las malas condiciones meteorológicas.

En el segundo día de combates empezaron a operar las unidades de la Fuerza Aérea soviética. En algunos lugares el Ejército Rojo logró romper las líneas de defensa de los nazis y el enemigo empezó a entregarse como prisionero. El 8 de abril la gestión militar de la guarnición nazi trató de salir del cerco, pero las fuerzas soviéticas acabaron con un convoy que constaba de tanques, transportes blindados y cañones de asalto.

El comandante del Tercer Frente Bielorruso, el mariscal Alexandr Vasilevski, ofreció al enemigo rendirse. Sin embargo, los nazis volvieron a intentar romper el cerco, pero pronto fracasaron. Para la madrugada del 9 de abril las tropas del Reich en Konigsberg ya no tenían una defensa unida y la gestión militar nazi local lo sabía. Así que el comandante de la defensa de la ciudad, el general Otto Lasch, consideró que la batalla se había perdido.

Los representantes de las Schutzstaffel y la Policía decidieron cumplir con la orden de Hitler y lucharon hasta el último soldado, mientras el general Lasch quedó suspendido de la gestión de la defensa de la urbe. Pero Lasch decidió actuar a su propio riesgo y para la noche del 9 de abril envió sus parlamentarios para negociar el alto al fuego y la rendición.

Como consecuencia de la batalla de Konigsberg las unidades del Tercer Frente Bielorruso derrotaron a la mayor parte de la agrupación militar alemana en Prusia Oriental y tomaron como prisioneros a más de 93.000 soldados y oficiales nazis. Cerca de 42.000 alemanes fueron eliminados en la batalla. Según las fuentes soviéticas, el Ejército Rojo perdió a 3.700 soldados y oficiales.

De acuerdo a las decisiones tomadas en la Conferencia de Potsdam celebrada entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945 y en la que participaron los líderes de la URSS, EEUU y Reino Unido, una parte de Prusia Oriental y la ciudad de Konigsberg en particular pasaron a formar parte de la Rusia socialista. Un año después la ciudad sería renombrada y pasaría a ser conocida como Kaliningrado.

https://mundo.sputniknews.com/rusia/202004081091051807-la-batalla-de-konigsberg-como-la-mejor-fortaleza-del-reich-cayo-ante-el-ejercito-rojo/

 

Cómo Hitler quería exterminar a los rusos y cómo la URSS borró a los nazis de la faz de la Tierra

21:30 GMT 17.12.2019 (actualizada a las 14:28 GMT 26.03.2020)

Por Denis Lukyanov

El 18 de diciembre de 1940 el líder de la Alemania nazi, Adolf Hitler, autorizó la Operación Barbarroja, una campaña para conquistar la parte europea de la Unión Soviética y repoblar estos territorios con alemanes. Sputnik explica qué podría haber pasado en caso de que los nazis hubieran salido victoriosos y por qué al final fracasaron.

Desde el principio la Unión Soviética quería evitar una guerra. En los años anteriores a la invasión nazi, Moscú y Berlín habían firmado una serie de acuerdos políticos y económicos. Por lo cual, en el país comunista muchos creían que un conflicto armado a gran escala entre los dos países era casi imposible. No obstante, los altos mandos del Ejército alemán empezaron a elaborar meticulosamente un plan de agresión contra la URSS ya en el verano de 1940.

Las peores expectativas se hicieron realidad el 22 de junio de 1941 cuando los nazis dieron inicio a la Operación Barbarroja. Las fuerzas de los países del Eje —casi tres millones de efectivos— invadieron el territorio de la URSS abriendo el Frente Este de la Segunda Guerra Mundial. La lucha del pueblo del país comunista por su independencia, e incluso su supervivencia, pasó a ser conocida como la Gran Guerra Patria. En aquella guerra, la URSS perdería 27 millones de sus ciudadanos, la mayoría de ellos, civiles.

Los nazis tenían planes de llegar hasta la línea Arjánguelsk-Astracán desplazando a las fuerzas soviéticas rumbo a los Urales. Las batallas que jugaron un papel determinante en la incapacidad de llegar a dicha línea incluyen la defensa de la fortaleza de Brest —en la Bielorrusia actual—, que distrajo una cantidad significativa de las fuerzas de la Wehrmacht y que se negó a capitular durante más de un mes, explicó a Sputnik el historiador ruso y profesor de la Universidad Europea de San Petersburgo, Nikita Lomaguin.

Otras batallas importantes que impidieron a los nazis a alcanzar sus metas en el marco de la Operación Barbarroja incluyen la batalla de Leningrado —ahora llamada San Petersburgo—, que terminó en un asedio que se cobró la vida de entre 600.000 y 1,5 millones de personas, aunque la urbe no cayó en las manos de los invasores; la batalla de Moscú, y la batalla de Stalingrado, dos momentos clave que cambiaron el rumbo de la guerra, agregó.

El máximo avance de las fuerzas alemanas y las tropas de sus países cómplices fue en el río Volga en Stalingrado. También esperaban avanzar más en la parte norte del país comunista, pero las tropas finlandesas no actuaron tan activamente como quería Berlín. Esta es una de las razones por la que el asedio de Leningrado no culminó con la capitulación de la ciudad. Helsinki se encontraba bajo la presión anglo-estadounidense, por lo cual no participó debidamente en la batalla, señaló el entrevistado.

¿Qué hubiera pasado si el plan Barbarroja funcionaba?

En caso de que la ofensiva hubiera ido de acuerdo con el plan Barbarroja, las acciones siguientes de la Alemania nazi en los territorios conquistados serían reguladas por el Plan General del Este. La meta era erradicar una parte considerable de la población de Europa del Este, incluida la parte europea de la URSS. El alcance de la exterminación deliberada incluía al 75% de la población. La mayoría sería suprimida físicamente, mientras que el resto sería deportado a Siberia.

Los nazis creían que los pueblos eslavos pertenecían a una raza inferior a los alemanes. Toda la estrategia del nazismo se centraba en la victoria en aquella guerra y en destruir la Unión Soviética como Estado. Entretanto, Berlín quería aprovechar las riquezas naturales del país comunista como el petróleo y los recursos minerales.

La política de exterminación de los pueblos de la Unión Soviética formaba parte de los planes del Tercer Reich de expandir el espacio vital —Lebensraum— del pueblo alemán. Los que evitaran la muerte serían germanizados y se convertirían en eslavos de la raza superior. Los que pertenecían a la etnia alemana, poblarían las zonas conquistadas. La expansión hacia los territorios de Polonia, Checoslovaquia y la URSS fue conocido como el Empuje hacia el esteDrang nach Osten—.

Durante la ocupación nazi de la URSS, el Tercer Reich puso en efecto el Plan Hambre que tenía como meta matar de hambre a los ciudadanos y a los prisioneros de guerra soviéticos. Estaba previsto que el Ejército nazi se alimentara de la producción local, privando de comida a la población de las zonas ocupadas. Otra manera de exterminar a los civiles soviéticos fueron las masacres. Los nazis consiguieron realizar su vil plan solo parcialmente antes de que fueran expulsados del territorio de la URSS.

¿Por qué la Operación Barbarroja fracasó?

"El fracaso del plan Barbarroja se debió principalmente a que los nazis subestimaron a la Unión Soviética como adversario militar. Los belicistas del Tercer Reich creían que el pueblo no apoyaría al Gobierno soviético. En pocas palabras, los alemanes sobreestimaron sus posibilidades en la ofensiva contra el país comunista", dijo Lomaguin.

Los nazis fueron tan arrogantes porque acababan de llegar a las fronteras de la URSS justo después de su marcha triunfal por Europa en la que cada país cayó ante el avance nazi casi sin resistir.

Creían que saldrían victoriosos en esta nueva ofensiva, pero no pudieron ni imaginar lo que les esperaba una vez cruzaran el límite de la Unión Soviética. No esperaban enfrentarse a una resistencia tan feroz, añadió el historiador.

"El plan era lanzar una guerra relámpago contra el país comunista, pero en realidad la Wehrmacht no estaba preparada ni para las grandes distancias ni para severas condiciones climáticas del invierno ruso ni para una nueva situación con la logística", puso de relieve.

Otro gran problema para los invasores fue la guerrilla que formaron los partisanos en su retaguardia con el apoyo de Moscú. Los partisanos empezaron a llevar a cabo operaciones dentro de las líneas enemigas, lo que empeoró la situación para el Ejército nazi.

Los belicistas en Berlín tampoco esperaban que Moscú pasara a formar parte de una coalición junto con los países de Occidente. Los nazis, con toda seguridad, creían que los bolcheviques no iban a cooperar con los países como el Reino Unido o Estados Unidos. Lo único que podían suponer es que esta cooperación sería muy limitada, subrayó. Todo esto explica por qué el plan Barbarroja desde el principio estaba destinado a fracasar.

"El hecho de que Moscú consiguió consolidar fuerzas dentro del país y que los guerreros soviéticos evidentemente tenían voluntad de luchar por su patria determinaron la ventaja de la URSS en el conflicto contra la Alemania nazi", concluyó Lomaguin.

https://mundo.sputniknews.com/rusia/201912171089671414-como-hitler-queria-exterminar-a-los-rusos-y-como-la-urss-borro-a-los-nazis-de-la-faz-de-la-tierra/

 

Kursk: Hace 75 años concluía la mayor batalla de tanques que frenó el avance nazi en la URSS

Publicado: 23 ago 2018 18:18 GMT

 

La batalla de Kursk, considerada como la mayor batalla de tanques de la historia, significó el final de la última ofensiva de la Alemania nazi en tierras soviéticas y marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Su costo humano y material fue colosal, ya que en este trágico capítulo de la historia cientos de miles de soldados de ambos lados perdieron la vida, mientras que miles de tanques, aviones y piezas de artillería fueron destruidas.

 

Rusia celebra los 75 años de la victoria sobre la Alemania nazi en la mayor batalla mecanizada

Publicado: 23 ago 2018 16:20 GMT

 

En la ciudad rusa de Kursk se celebra una de las victorias más importantes de la Segunda Guerra Mundial. Hace 75 años, el Ejército Rojo paró la última ofensiva de la Alemania nazi en el frente del este. Fue un combate que la historia evoca como la Batalla de Kursk. En honor a la victoria en el mayor choque de tanques de la historia se han organizado varios eventos en la ciudad.

 

La Batalla de Kursk: La derrota nazi frente a la URSS que cambió el curso de la II Guerra Mundial

Publicado: 24 ago 2017 16:14 GMT

La batalla, en la que participaron cientos de miles de soldados, supuso el fin de la última ofensiva a gran escala del III Reich y también fue el escenario de la mayor batalla de tanques de la II Guerra Mundial.

El 23 de agosto de 1943, hace ahora 74 años, terminó la última ofensiva a gran escala en la Segunda Guerra Mundial de la Alemania nazi -que trataba de tomarse la revancha por la derrota en Stalingrado y volver a tener la iniciativa estratégica en su lucha contra la URSS-, al sufrir el III Reich su derrota más categórica, de la que ya nunca se recuperaría: la Batalla de Kursk.

Las cifras de las fuerzas de combate que participaron en esta batalla, que duró 50 largos días y noches, son abrumadoras:

  • La Wehrmacht alemana contaba con 900.000 soldados, más de 2.200 tanques, entre ellos los novedosos Tiger y Panther, 10.000 cañones y morteros y, además, más de 1.700 aviones.
  • Por su parte, el Ejército Rojo disponía de 1.900.000 militares, más de 4.900 tanques, 26.000 cañones y morteros y unos 2.900 aviones.

La operación nazi 'Ciudadela', que empezó el 5 de julio de aquel año, se agotó tras 10 días de combate encarnizado debido a la táctica de las fuerzas soviéticas, que optaron por la defensa antes de emprender una contraofensiva el 12 de julio. Ese mismo día, cerca de la estación ferroviaria de Prójorovka, tuvo lugar la mayor batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial.

En esta lucha feroz, que involucró a unos 1.200 tanques y cañones autopropulsados de ambos bandos, las tropas de la Wehrmacht perdieron hasta 400 tanques y armas de asalto. El 16 de julio, la Alemania nazi comenzó a retirar sus fuerzas del lugar, dando paso a una contraofensiva de los soldados de la URSS.

Como resultado de los contrataques, el Ejército Rojo recuperó un vasto territorio, incluyendo las ciudades de Járkov, Oriól y Bélgorod. Desde el 23 de agosto de 1943, la URSS se hizo con la iniciativa bélica, y ya no la abandonaría hasta destruir por completo a la Alemania nazi y tomar Berlín en 1945.

No obstante, la victoria de la Batalla de Kursk fue muy costosa . Las pérdidas del enemigo rondaron los 500.000 muertos, heridos y capturados, mientras que la Unión Soviética perdió unos 860.000 militares, entre muertos y desaparecidos, según la agencia rusa TASS.

'El arco de Kursk', la última oportunidad del III Reich

Publicado: 8 may 2015 10:03 GMT

En verano de 1943 el Alto Mando alemán estaba tratando de tomarse la revancha por la derrota en Stalingrado y volver a tener la iniciativa estratégica. Alemania necesitaba la victoria como nunca.

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'El arco de Kursk', la última oportunidad del III ReichFoto: RIA Novosti / RIA NOVOSTI

Fechas: Ofensiva alemana: 5 - 16 de julio de 1943; contraofensiva soviética: 12 de julio - 23 de agosto de 1943.

Lugar: región de Kursk, Unión Soviética

Resultado: Decisiva victoria soviética

Comandantes:

Alemania: Erich von Manstein, Günther von Kluge, Hermann Hoth, Walther Model, Robert Ritter von Greim.

URSS: Georgui Zhukov, Konstantin Rokossovski, Nikolai Vatutin, Aleksander Vasilevski, Iván Kónev.

Antecedentes: Las regiones de Oriol, Kursk y Bélgorod centraron la atención de los jefes militares nazis. Esta zona conformaba la parte saliente del frente soviético, de unos 150 kilómetros de largo y unos 200 de ancho que los alemanes solían llamar ‘el balcón de Kursk’, y que preocupaba mucho a los enemigos del Ejército Rojo.

Valiéndose de esta parte saliente, las tropas soviéticas podían atacar el punto donde se juntaban los ejércitos Centro y Sur y romper el frente penetrando en las regiones centrales de Ucrania. Al mismo tiempo, los estrategas de Hitler no podían evitar caer en la tentación de atacar a los destacamentos rusos del Norte y del Sur en la base del “balcón de Kursk” para sitiar y aniquilar a un numeroso grupo de tropas soviéticas que se encontraba allí. A la operación se le dio el nombre de ‘Ciudadela’.

Fuerzas en combate

Wehrmacht: 900.000 hombres; 2.928 tanques; 9.966 cañones y morteros;

Luftwaffe: 2.110 aviones

Ejército Rojo

1.300.000 hombres + 600.000 en reserva; 3.400 tanques + 1.500 en reserva; 25.000 cañones y morteros;

La Fuerza Aérea Soviética: 2.700 aviones

En la región de la operación estaban concentradas 50 divisiones de la Wehrmacht, cerca de 3.000 tanques (la mitad de todos los que estaban en disposición de los nazis en aquel momento) y cerca de 2.000 aviones. El cuerpo de élite de tanques de las SS, incluidas las famosas divisiones ‘Reich’, ‘Grossdeutschland’, ‘Adolf Hitler’ y ‘Totenkopf’, estaba destinado a ser la principal unidad de choque de la operación. Por primera vez se planeaba usar a gran escala los nuevos tanques alemanes Tiger y los nuevos aviones de caza Focke-Wulf 190.

Alemania tuvo que emplear todas sus fuerzas en prepararse para la ofensiva de verano. Se realizó una movilización total. La industria militar estaba operando a plena capacidad.

Los agentes de la inteligencia soviética y británica consiguieron descubrir los planes de Hitler, lo que permitió llevar a cabo los trabajos preparativos a gran escala y concentrar las fuerzas. En tres meses se construyeron ocho líneas de defensa con trincheras, alambradas y campos minados.

La estrategia de ambos bandos

Al Alto Mando del Ejército Rojo le llevó un tiempo determinar la táctica a emplear en la operación militar. Finalmente, optaron por seguir el criterio de Zhúkov y Vasilevski, que insistían en que primero había que agotar las fuerzas del enemigo durante la defensa, antes de emprender la contraofensiva.

En el transcurso de la guerra hasta aquel momento, las tropas soviéticas no habían podido bloquear ni una sola vez el ataque de los tanques del enemigo apoyado por la aviación en la primera línea de la defensa. Esta vez tenían que conseguirlo para evitar la derrota y que un millón de soldados rusos se vieran cercados, lo que en aquel momento sería una catástrofe para la URSS. Ambas partes apostaron mucho por esta operación.

Desarrollo de las operaciones

Al amanecer del 5 de julio de 1942 los alemanes atacaron a las tropas soviéticas al mismo tiempo por el Sur y por el Norte. El Gran Cuartel General ruso sabía la hora exacta del inicio de la operación cinco días antes de la batalla. Por lo tanto la ofensiva de la Wehrmacht no se desarrolló de acuerdo con el plan previsto por los alemanes. Las divisiones nazis que avanzaban para ocupar las posiciones fueron atacadas por la artillería rusa y sufrieron pérdidas. Sin embargo, no se logró detener la ofensiva: los Tiger seguían haciendo brechas en las fortificaciones soviéticas. Los tanques alemanes, que tenían cañones más potentes con capacidad para alcanzar distancias más largas, rompían el blindaje de los carros de combate rusos sin sufrir daños.

La primera semana de la batalla era la prueba más dura. No se logró detener al enemigo en la primera, ni tampoco en la segunda línea de defensa. La situación era casi crítica.

De los recuerdos de M. Abdulin (‘160 páginas del diario de un soldado’):

“Nunca, ni antes ni después de esta batalla, vi tal cantidad de artillería. Los jefes de las divisiones de artillería de diferente calibre tardaban en encontrar la posición de fuego ya que tenían que tener en cuenta la posición de las divisiones vecinas y no molestarles durante el ataque. ¡Los artilleros no cabían en el campo de batalla!

El estruendo de cañones no paraba ni un solo minuto desde la mañana y hasta la noche. A causa del hollín, nosotros, la infantería, parecíamos unos fogoneros echando sin cesar carbón al fogón, en medio del humo de los tanques incendiados, las explosiones de proyectiles, el fuego de todo tipo de armas... Brillaban el blanco de los ojos y los dientes... Cada uno, cubierto de sudor, hacía su trabajo en su trinchera, en su metro cuadrado de tierra, como en un taller gigante, sin miedo ya, abandonándose a las manos del destino: me matan o no me matan. En una batalla tan feroz es imposible preservarse, y las manos hacían lo necesario casi automáticamente.

Al retroceder los nazis, volvieron a atacar nuestras posiciones con mayor fuerza, pero sin éxito. ¿Cuántas veces al día? Unos en contra de los otros. ¿Quién va a poder con quién? Chocaron dos potencias, dos fuerzas.

En el cielo también durante todo el día hay combates aéreos. Caen miles de pedazos de proyectiles y balas. Aquí mismo cada dos por tres aterrizan los pilotos nazis y los nuestros. Muchas veces hemos visto como los pilotos continúan la lucha disparándose los unos a los otros con pistolas mientras están descendiendo a tierra. Hay que ayudar pero ¿cómo? Si nuestros paracaídas tuvieran una estrella pintada o fueran todos del mismo color”.

Los alemanes lograron introducir una cuña en el frente soviético e incluso sitiar a varias unidades militares. El 8 de julio, a causa del anticipado y mal preparado intento de emprender una contraofensiva, algunas unidades de tanques perdieron hasta el 90% de los carros de combate (en total, cerca de 340 tanques), los soldados estaban agotados. El enemigo no sólo no fue detenido, sino que seguía avanzando. Sólo cuatro días después, gracias a los enormes esfuerzos de las tropas rusas, se logró mejorar la situación en esta parte del frente.

Batalla de Prójorovka

El 12 de julio, cerca de la estación ferroviaria de Prójorovka tuvo lugar la batalla que se recoge en todos los manuales de historia como la mayor batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial. En realidad lo que sucedió en Prójorovka no era muy diferente a los días anteriores de lucha feroz. En el transcurso de una semana ‘las batallas de Prójorovka’ tenían lugar casi a diario en el flanco sur del ‘arco de Kursk’. La importancia que más tarde le dieron a esta batalla en concreto se debe a una coincidencia de circunstancias y a una serie de falsedades históricas.

La batalla de Prójorovka se desarrollaba según el plan del combate del 8 de julio. Por lo visto, los jefes del Frente de Vorónezh no sacaron conclusiones de los acontecimientos anteriores. Esta fue la causa principal de las enormes pérdidas sufridas por las tropas soviéticas el 12 de julio.Teniendo el doble de tanques que los nazis, el Ejército Rojo no pudo obtener una victoria incondicional.

A pesar de las pérdidas suyas, también muy altas, los alemanes seguían con capacidad combativa. Las batallas cerca de Prójorovka duraron hasta el 16 de julio. Uno de los participantes de aquellos acontecimientos recuerda: “Los nazis necesitan la victoria. Están esforzándose mucho y luchan hasta el último suspiro. Ya empiezo a pensar que cada uno de los fascistas tiene una o dos vidas de reserva. Lo nuestro está claro. Estamos luchando por lo nuestro, en nuestra tierra. ¿Pero por qué los nazis están dispuestos a morir tan fácil? Están muriendo pero vuelven a atacar una y otra vez. Los quemamos, los aplastamos, los volcamos, pero regresan. El Sol se ha vuelto negro en el cielo, el humo de los tanques volcados en llamas quema los pulmones, el metal se está deformando por el fuego y por las explosiones...”.

Al final, los alemanes retrocedieron, pero no por ser derrotados claramente, sino por la imposibilidad de hacerse con el saliente ocupado por las tropas soviéticas. El Ejército Rojo estaba agotado y no pudo iniciar de manera inmediata la persecusión del enemigo.

Durante las tres semanas de batallas en el flanco sur del “arco de Kursk” las pérdidas rusas en muertos y heridos llegaron a más de 185.000 personas. Mientras tanto, el ejército alemán Sur perdió a cerca de 35.000 efectivos. En total, la parte rusa perdió a unas 178.000 personas, mientras que Alemania sufrió 57.000 bajas mortales. (según otros datos existentes, cerca de 200.000).

Contraofensiva soviética

Tras una corta tregua, el Ejército Rojo inició una contraofensiva, como resultado de la cual a principios de agosto fueron liberadas las ciudades de Oriol (‘Operación Kutúzov’) y de Bélgorod (‘Operación Rumiánzev’).

Importancia para el Ejército Rojo

La batalla de Kursk supuso una seria prueba para los soldados soviéticos. Según los documentos secretos revelados recientemente y las últimas investigaciones, la victoria de la URSS no fue tan brillante y evidente. Ha sido una operación militar duradera y extenuante en resultado de la cual la URSS obtuvo la supremacía estratégica. Hasta el día de hoy la valoración de aquella batalla entre los historiadores militares no es unívoca, pero Rusia salió ganadora en aquella guerra.

No se puede echar la culpa por los fracasos del Ejército Rojo sólo a los jefes militares. En el año 1943 la Wehrmacht representaba una perfecta máquina de guerra, mientras que la mayoría de los jefes militares rusos no tenía suficiente experiencia por aquel entonces. Todos, desde los soldados hasta los generales, combatían como podían, cometiendo errores que a menudo se corregían a costa de mucha sangre derramada, gracias al enorme coraje de los soldados soviéticos.

Importancia histórica

La batalla del ‘arco de Kursk’ cambió el rumbo de la guerra. Los vencidos tuvieron que reconocerlo. Más tarde el mariscal de campo Erich von Manstein, el diseñador y jefe de la ‘Operación Ciudadela’, escribió: “Esta operación ha sido el último intento de conservar nuestra iniciativa en el Este. Tras el fracaso de la misma la iniciativa definitivamente pasó a manos de la parte soviética. Por lo tanto, la ‘Operación Ciudadela’ es un punto clave y decisivo de la guerra en el frente del Este”.

Cómo el Ejército Rojo se ensañó con los nazis en la mayor batalla de tanques de la historia

© Sputnik / Ryazanov 18:04 GMT 12.07.2018 (actualizada a las 20:24 GMT 13.07.2019)

 

En este episodio clave de la Batalla de Kursk —y uno de los decisivos en la Gran Guerra Patria—, las tropas soviéticas no permitieron que la Wehrmacht —las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi— llegaran a la ciudad de Kursk. La operación Ciudadela falló.

 

En el verano europeo de 1943, el mando alemán decidió atacar el llamado saliente de Kursk, formado como resultado de una ofensiva invernal y la retirada forzosa del Ejército Rojo durante una operación defensiva de la ciudad de Járkov —ciudad en la parte oriental de Ucrania.

 

Los alemanes querían aprovecharse de la posición del Ejército soviético para rodear y destruir sus tropas. La esencia de la operación ofensiva Ciudadela era llevar a cabo dos golpes simultáneos poderosos desde el norte y desde el sur. Una victoria permitiría a los alemanes volver a amenazar a Moscú.

 

Cabe recordar que su intento de conquistar la capital de la URSS, que tuvo lugar entre octubre de 1941 y enero de 1942, resultó en un fracaso total.

Soldados del Ejército Rojo disparan contra un avión nazi © Sputnik / Natalia Bode

 

Para alcanzar su objetivo en la batalla de Kursk, el Ejército de Hitler posicionó cincuenta divisiones en las afueras de dicha ciudad, es decir, más de 900.000 soldados, casi 3.000 tanques y cañones de asalto, 10.000 obuses y morteros.

 

A las legiones blindadas de los nazis les cubrían 2.000 aviones, incluidos los novedosos cazas Focke-Wulg Fw 190A y aviones de ataque a tierra Henschel Hs 129.

 

El Cuartel General del Ejército Rojo tomó la decisión de empezar de inmediato los preparativos para la defensa de Kursk con tal de hacer daños insostenibles al enemigo en el marco de la batalla e iniciar una contraofensiva estratégica.

 

La tropas que defendían la zona de la ciudad de Kursk estaban compuestas de unidades de dos frentes enteros, Central, de Vorónezh, y una parte del Frente Estepa.

Las tropas sovéticas en la batalla de Kursk © Sputnik / Fyodor Levshin

 

En total, la operación contó con la participación de casi dos millones de personas, más de 26.500 cañones y morteros, y casi 5.000 tanques; incluidos unidades de reserva.

Además, la batalla fue protagonizada por casi 2.200 aviones de la Fuerzas Aéreas de la URSS y otros 500 en reserva.

 

Entretanto, las tropas del Frente de Vorónezh derrotaron a las unidades principales nazis del Grupo de Ejércitos Sur.

 

Las tropas nazis trataron de tantear la defensa soviética, por lo tanto llevaron a cabo ataques masivos a lo largo de la línea del frente entera.

En particular, enviaron 500 tanques rumbo a la ciudad de Kursk con la intención de atacar a la retaguardia del Frente Central. Sin embargo, el Ejército Rojo consiguió deshabilitar cerca de 300 carros de combate enemigos aquel día.

 

La Wehrmacht continuó atacando a pesar de que estaba sufriendo bajas significativas. Su objetivo era encontrar un punto débil en el Frente de Vorónezh. Para la noche del 9 de julio los nazis habían logrado avanzar hasta 35 kilómetros en las líneas de defensa de las Fuerzas Armadas de la URSS.

Soldados del Ejército Rojo repelen un ataque del enemigo © Sputnik / Yakov Ryumkin

 

Después de sufrir varias derrotas tácticas los alemanes trataron de abrirse camino hacia Kursk desde el sureste, en el área de la localidad de Prójorovka. Esta ofensiva fue protagonizada por dos cuerpos de tanques nazis que contaban con una gran experiencia de combate.

 

Uno de ellos fue el Segundo Cuerpo de tanques de las SS, compuesto de varias divisiones de élite: Leibstandarte SS Adolf Hitler, Das Reich y Totenkopf.

 

El área de Prójorovka fue defendida por la 183 División de Infantería y el Segundo Cuerpo de tanques soviéticos. No obstante, estas unidades sufrieron daños después de haberse sometido a ataques masivos de la aviación nazi el 10 y el 11 de julio.

Tanques soviéticos en la batalla de Kursk © Sputnik / Fyodor Levshin

 

Con tal de impedir a los siguientes avances del enemigo el mando militar soviético preparó un potente contraataque. Encomendaron dicha tarea al Quinto Ejército de tanques de la Guardia soviética, bajo el mando del general teniente Pável Rotmístrov.

 

Para fortalecer el contraataque el mando militar decidió incluir otras unidades de tanque al mando del Ejército de tanques de Rotmístrov.

 

Como resultado, en una franja de varias decenas de kilómetros hubo una concentración enorme de vehículos blindados de combate y cañones autopropulsados: 700 del lado de la URSS y casi 500 del lado de la Alemania nazi, incluidos cañones de asalto.

 

No obstante, la parte soviética disponía de los tanques medios T-34 con cañones del calibre 76mm, lo que fue insuficiente para perforar los blindajes de los tanques alemanes pesados Tiger.

 

Los vehículos blindados de combate de los nazis mayormente salían victoriosos en los duelos con los tanques de la URSS, pero los T-34 soviéticos, a su vez, tuvieron una ventaja en su velocidad y alta maniobrabilidad.

 

El Ejército Rojo se enfrentó a la bien preparada defensa alemana antitanque y esta respondió al avance de las tropas soviéticas con fuego de artillería denso. Al mismo tiempo, el ataque soviético se sometió al bombardeo de centenares de aviones enemigos.

Aviones soviéticos realizan un ataque aéreo contra las posiciones de los nazis © Sputnik / Fyodor Levshin

 

Punto de inflexión

 

El enfrentamiento sangriento cerca de la localidad de Prójorovka duró el día entero. El campo de batalla estaba cubierto de cuerpos de los fallecidos; centenares de tanques deshabilitados estaban en llamas.

 

Las confrontaciones armadas cerca de la localidad de Prójorovka continuaron hasta el 16 de julio. Los nazis no consiguieron quebrar las defensas soviéticas por lo cual el Grupo de Ejércitos Sur alemán regresó a sus posiciones iniciales. Como resultado, ninguna de las tareas logró sus fines.

 

Los alemanes abandonaron la idea de conquistar Kursk de ahí que la operación Ciudadela terminara en un fracaso total para ellos. Al mismo tiempo, el Ejército Rojo tampoco alcanzó su objetivo de derrotar por completo al enemigo.

 

Para el 23 de julio las agrupaciones de los frentes de Vorónezh y de Estepa llegaron a las posiciones que habían sido controladas por las tropas soviéticas antes del inicio de la operación.

 

Para el 3 de agosto el Ejército Rojo ya había empezado una contraofensiva en la dirección Bélgorod-Járkov.

 

En general, la batalla de Kursk fue un momento crucial en la Gran Guerra Patria —la guerra soviética contra la Alemania nazi de 1941-1945.

 

Las unidades más potentes y experimentadas de los invasores salieron significativamente debilitadas.

 

De acuerdo con los datos de la URSS, las tropas de la Alemania nazi perdieron 30 divisiones, incluidas siete de tanques, 1.200 vehículos blindados de combate y cañones de asalto y 1.500 aviones.

Según estas estimaciones, más de 500.000 efectivos del Ejército de Hitler perdieron sus vidas.

 

https://mundo.sputniknews.com/rusia/201807121080379232-cual-es-la-mayor-batalla-de-tanques-en-la-historia/

 

Exclusivas: 75 aniversario de la Gran Victoria

 

Golpe al corazón del Reich: cómo la URSS puso a Hitler de rodillas con la toma de Berlín

 

Por Denis Lukyanov

 

© Sputnik, 15.04.2020.- El 16 de abril de 1945 fue un momento decisivo en el curso de la Segunda Guerra Mundial. Mientras los combates en Prusia Oriental estaban a punto de terminar, el Ejército Rojo lanzó una nueva campaña militar, el último golpe al corazón del Tercer Reich: su capital, Berlín. Sputnik relata los puntos clave de aquella ofensiva de la URSS.

 

Para el verano boreal de 1945, los Ejércitos de las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética llevaron a cabo con éxito una serie de operaciones ofensivas contra las tropas hitlerianas en Polonia y entraron en el territorio de lo que en aquel entonces fue parte este del Tercer Reich —hoy en día la mayor parte de estos territorios forma parte de Polonia—. Solo en cuestión de algunas semanas, las fuerzas del Ejército Rojo se acercaron peligrosamente —desde el punto de vista de los nazis— a Berlín.

 

Así se dio inicio a la operación que tuvo como meta eliminar la peste nazi de una vez por todas.

 

Los alemanes entendían bien que se trataba de una de las últimas batallas del Reich y hubo los que estaban dispuestos a luchar hasta la muerte para evitar su derrota. Las autoridades y la gestión militar del Reich recurrieron a la medida desesperada y obligaron a todos los que eran capaces de llevar armas y luchar a ingresar en las milicias populares Volkssturm, que lucharon al lado de la Wehrmacht. Su objetivo era impedir lo más posible el avance de los soldados soviéticos.

 

Los integrantes de Volkssturm estaban muy mal equipados. A menudo tenían solo un fusil por cada cuatro miembros de la milicia y eran afortunados si tenían varios cargadores. En general, la mayoría de ellos tenía a su disposición los lanzagranadas antitanque Faustpatrone. Se usaban solo para un disparo, por lo cual, tras lanzar el proyectil, los integrantes de esta milicia nazi tenían dos opciones: entregarse como prisioneros o luchar cuerpo a cuerpo y morir.

 

Los intentos de crear batallones populares fueron un fracaso porque en realidad fueron impotentes. Es bien sabido que las autoridades obligaron a la población a ingresar en el Volkssturm. En algunos casos, si uno se negaba a unirse a esta fuerza, podían colgarlo. El nivel de adiestramiento en esas unidades fue muy bajo. Sin embargo, entre los integrantes del Volkssturm hubo quienes lucharon por ideología. Entre ellos, antiguos combatientes de la Primera Guerra Mundial y algunos jóvenes.

 

El objetivo: detener a los rusos a toda costa

 

Un poco antes del inicio de la operación contra la capital alemana, el Ejército Rojo tomó por fuerza otra ciudad importantísima para los nazis, el núcleo de su militarismo, Konigsberg —hoy en día, la ciudad rusa de Kaliningrado—. Sin embargo, la resistencia fuerte de la capital de Prusia Oriental no estuvo ni cerca de la que dio Berlín porque los soldados de la Wehrmacht y otros organismos militares hitlerianos estaban decididos a no entregar la urbe a los rusos.

 

Para la gestión militar de la Unión Soviética, la tarea crucial era tomar Berlín cuanto antes fuera posible porque el control de la ciudad significaba la rendición incondicional de la cúpula política y militar del Reich.

 

Esto fue necesario para disuadir a las agrupaciones militares nazis en otras partes del frente a que cesaran la resistencia. La toma de Berlín realmente ayudó a persuadir a una parte significativa de la Wehrmacht y otros organismos militares del Reich a rendirse, pero algunos continuaron luchando.

 

Los nazis temían mucho la venganza del Ejército Rojo y entendían que los rusos no les harían ninguna concesión, así que buscaban aplazar el fin de la guerra para conseguir una paz separada con el Reino Unido y Estados Unidos. Los alemanes querían dividir a los aliados, pero para conseguir sus metas necesitaban detener la ofensiva de la Unión Soviética. Al fin y al cabo, los nazis fracasaron.

 

Ya desde 1944, después de una serie de ofensivas exitosas del Ejército Rojo, quedó claro que los nazis no iban a ganar en aquella guerra.

 

El comandante del IX Ejército de la Wehrmacht, Theodor Busse, que se encargaba de la defensa de Berlín dijo en abril de 1945 que su tarea se consideraría concluida "si los tanques estadounidenses atacaran nuestra espalda". Es decir, la tarea fue permitir que las fuerzas de EEUU y el Reino Unido llegaran a Berlín antes que los rusos. El entonces primer ministro británico, Winston Churchill, también barajó la idea de llegar a Berlín antes que el Ejército Rojo.

 

Táctica de defensa que fracasó

 

Berlín se estaba preparando meticulosamente para la defensa. Los defensores de la urbe construyeron enormes barricadas justo en medio de las calles. No se trataba de barricadas hechas de basura o de sacos con arena, sino que se usaron bloques hechos de piedras. Incluso proyectiles pesados a duras penas lograban penetrar las barricadas tan gruesas. Pero, a pesar de que esto fuera difícil, los soldados soviéticos seguían avanzando tomando bajo su control parte por parte.

 

Los alemanes durante dos meses habían preparado la defensa de la urbe y nadie pudo imaginar que esta caería ante los golpes del Ejército Rojo solo en cuestión de dos semanas. Los alemanes se acordaban de la resistencia soviética durante la batalla de Stalingrado y trataron de aprender la lección para aplicarla en la defensa de Berlín. En los planes de los alemanes, su capital debería convertirse en la 'revancha de Stalingrado'.

 

La intención de Hitler y sus generales fue repetir en Berlín lo que parcialmente consiguieron hacer durante la batallas por Posnania, Breslavia y Konigsberg. Es decir, prolongar el cerco de la ciudad defendiéndolo rigurosamente, pero como sabemos estas ciudades al fin y al cabo se rindieron y esto inevitablemente iba a pasar con Berlín. Inicialmente, los nazis tenían previsto mantener sus posiciones en el frente de Óder y, en caso de fracaso, pasar a defender Berlín.

 

El área del río Óder fue cubierta de árboles y matas y no fue el mejor lugar para las operaciones ofensivas. Además, dicha zona fue bien fortificada. Pero el Ejército Rojo logró quebrar la defensa de los nazis y pronto llegó a las proximidades de Berlín.

 

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Otra razón del éxito de las fuerzas de la URSS en esta operación tenía que ver con la derrota de las tropas alemanas en Hungría. La gestión militar nazi concentró en 1944 en Hungría una significante parte de las unidades más operativas y más aptas para librar combate.

 

Los belicistas del Reich querían derrotar a la URSS en Hungría, pero sus intentos fueron en vano y las unidades de la Wehrmacht y de la SS quedaron atrapadas en el territorio húngaro. Con el tiempo, Berlín cayó.

 

Las Fuerzas Armadas de la URSS lucharon valientemente en la batalla de Berlín y, como consecuencia, enterraron definitivamente al Reich que no tuvo ninguna otra opción más que rendirse. El Ejército Rojo pagó por esta determinante ofensiva con más de 78.000 vidas de sus soldados, mientras que, de acuerdo con los datos de la URSS, la Alemania nazi perdió cerca de 400.000 personas. Las bajas del Volkssturm, la Policía y de las Juventudes Hitlerianas no están incluidas.

 

https://mundo.sputniknews.com/75-victory-exclusives/202004151091123461-golpe-al-corazon-del-reich-como-la-urss-puso-a-hitler-de-rodillas-con-la-toma-de-berlin/

 

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Durante la 2da Guerra Mundial los actores en conflicto sostuvieron numerosos combates. Las fuerzas invasoras del ejército hitleriano amenazaron la seguridad de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS y en algunos territorios cercanos a las fronteras los niveles de seguridad de esas poblaciones soviéticas se redujeron a cero, la defensa fue neutralizada por los agresores con la ocupación nazista y sus políticas de exterminio en masa. El resto de la Nación tuvo que movilizarse en defensa de sus espacios y del rescate de los territorios ocupados por el enemigo. Al concluir la guerra las negociaciones entre los aliados URSS, EEUU y los gobiernos nacionalistas de Inglaterra y Francia desembocaran en el nacimiento de la ONU y su sistema de organizaciones a partir de 1945. ¿Qué elementos de la seguridad de la Nación y la defensa integral pueden destacarse de estos textos elaborados por la prensa rusa de hoy que pudieran servir de experiencias para la Venezuela del siglo XXI con su proceso revolucionario en marcha?.

 

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